Por T. Jacira Paolino
¿Cuál eres? ¿Una espiral ascendente, o una espiral descendente?
Un día, un hombre dejó su oficina para una reunión de negocios. Iba un poco atrasado y había mucho tránsito. Por supuesto, terminó detrás del auto más lento en la carretera, lo que lo hizo incluso más atrasado. Cuando llegó, no había lugares de estacionamiento cerca de la entrada al edificio y terminó estacionándose en la esquina más alejada del estacionamiento. Era un día súper caluroso, pegajoso y húmedo, y cuando por fin entró en el edificio, estaba empapado de sudor, solo para descubrir que la reunión había sido cancelada. La secretaria se disculpó porque la persona con la que debía reunirse tuvo que irse de repente porque su hija estaba enferma en la escuela.
¿Cómo reaccionarías ante esta situación? ¿Estarías molesto? ¿O lo tomarías con calma?
El hombre respiró hondo y dijo: “Por favor, dígale que espero que su hija se sienta mejor pronto. Pídale que me llame para reprogramar.” Se dio la vuelta y salió del edificio. El sol brillaba, la brisa soplaba y no estaba atrapado en un cubículo en su oficina.
Él eligió mirar el lado positivo del asunto. ¿De qué hubiera servido estar enojado? No habría hecho que su reunión se realizara, y habría perdido más tiempo. En su lugar, optó por considerar la situación como algo positivo, en lugar de negativo.
Se tomó su tiempo para regresar a su auto en el otro extremo del estacionamiento, y se tomó su tiempo para regresar al trabajo. ¡La vida es buena! Salió de su oficina durante un par de horas y alguien le pagó por ello. ¿Por qué quejarse?
En la vida puedes elegir mirar lo positivo en todo, o lo negativo.
Todos conocemos a esas personas que caminan con nubes sobre sus cabezas. Puedes elegir no ser una de esas personas. Depende de ti, ¡pero no es fácil!
Estamos rodeados de negatividad. Realmente debes tomar una decisión consciente para ser positivo. Debes hacerlo una y otra vez antes de que se convierta en su forma natural de tratar las cosas. Pero eventualmente lo hace, y entonces la vida no te pesa. Se vuelve natural caminar con una sonrisa en la cara, todos los días al salir por la puerta. Puedes enseñarte a ti mismo a enfocarte en lo positivo.
Tú decides. Puede tomar un poco de esfuerzo, ¡pero puedes hacerlo! ¡Puedes convertirte en una espiral ascendente!